El artístico placer de mancharse

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El domingo pasado dejé que los niños experimentasen a su gusto con la tempera. Ya lo habíamos hecho otras veces bajo mi supervisión, pero esta vez les coloqué los babis, abrí los botes de pintura y desaparecí de la habitación.

Comenzaron, como era de esperar, muy formales con sus pinceles y sus folios: R con sus fantásticas composiciones (tiene un talento especial para la pintura) y A con sus abstracciones «rayísticas». Enseguida se vieron tentados a pintar con las manos (estampaciones de dedos y manos, surcos con las uñas en la pintura, etc.) y cuando entré por tercera vez en habitación la pintura había desaparecido de los botes: mis hijos se habían pasado al body-painting. Había pintura por todas partes y sobre todo, como era de esperar, sobre ellos mismos. R eligió el rojo y se pintó uniformemente los dos brazos hasta la axila; R mezclo rojo con azul y se coloreó la piel de un bonito tono morado. Fue una experiencia para ellos no solo pintar y mezclar colores sino verse ellos mismos transformados con «otro tono».

No creo que sea difícil para ninguno imaginar su disfrute. Valió la pena la panzada de limpieza y duchas posteriores que G y yo tuvimos que darnos. El truco, para limpiar con paciencia, es montar el tinglado justo antes de hacer la limpieza semanal de la casa.

De todas formas si el experimento resulta demasiado osado, hay gente que se dedica de manera profesional a ello. Hace unas semanas estuvimos en una actividad de Crecer Juntos con Arte donde pudimos pintar con hielo, chocolate, crema de afeitar y, por supuesto, pintura. Acabamos recubiertos de  una pasta indescriptible, pero felices. Y, claro  está, de la limpieza, se encargaron otros.

Sin embargo, animo a hacerlo en casa, sobre todo en la cocina donde la limpieza posterior es sencilla. Y la próxima vez nosotros, los adultos, nos mancharemos también. Me dio envidia el artístico placer que sintieron mis hizos al mancharse. Si es que podemos permitirnos la osadía de llamar a estas obras de arte manchas…

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Pintura con las manos de R: aplicada con los dedos y después con surcos de las uñas. R la tituló «Sangre, humo y oscuridad».

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Pintura de R. Comenzó siendo figurativa (un dragón) pero acabó explorando otras técnicas pinctóricas

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Pintura con los dedos de A

 

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Las manos rojas de R

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Las manos azules de A

Un comentario »

  1. Si, nosotros también lo hacemos y se lo pasan pipa. Y cuando loas duros logramos embadurnarnos y vencer nuestras propias limitaciones ya es una fiesta!

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